sábado, 24 de diciembre de 2011

La enferma

A los pies de la cama, se miraban las caras asustados tres hombres muy distintos entre si, todos ellos estaban conmovidos e impresionados por las convulsiones de la joven, pese a que se odiaban entre si era tan profundo el estremecimiento que no pudieron evitar saltarse sus recelos y compartir su sufrimiento provocado por la imagen que se agitaba en la cama ante ellos.

El cuerpo otrora sano y brioso de una joven de rubia cabellera y facciones suaves y bien delineadas ahora era un marchito pellejo que apenas parecía capaz de cubrir los huesos, sin embargo aquellos jirones de la antigua belleza rubicunda continuaban luchando por vivir inconscientes de que hasta los mas optimistas doctores habían dado por perdida toda esperanza.

La belleza no se había marchitado completamente y en las cuencas seguían sus ojos si bien algo mas hundidos que de costumbre tan verdes y maravillosos con un lago exótico como lo fueron en cualquier época, aquellos ojillos que hablaban mas de amor, de comodidades y de trovadores sin embargo ahora vislumbraban la propia enfermedad que la envolvía por completo.

Las convulsiones sacudían aquel pequeño cuerpo desvencijado y cada vez mas cansado, una batalla inutil por retomar el control de un cuerpo que súbitamente había como por una maldición perdido el control sobre sus propios movimientos, agitándose de manera escalofriante e insana durante horas extenuando a la pobre joven haciéndola incluso perder el conocimiento.

La maldición familiar, la enfermedad de súbita aparición e incurable final que inducia a los pobres enfermos a agitarse como en un extraño baile hasta que caían al suelo agotados, al cabo de unos meses e incluso años de verse sometidos a estas danzas cada vez mas trepidantes y escalofriantes, produciéndose heridas, contusiones y retorcimientos de las articulaciones morían por fin en paz liberados de tan ponzoñoso mal preparados para ascender a un mundo de calma y paz.


Llegados a este punto de las cosas aquellos tres hombres que se vanagloriaban de ser los que mas querian a aquel angel que habia caido en tan nefasto embrujo solo deseaban que el extenuamiento y el deceso final llegaran pronton dejando libre a aquel alma atormentada entre tanta angustia y dolor.

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