Las historias del Guardian I

Sus conjeturas, sus preguntas, sus miedos eran como los pasos obsesivos del guardián en su patrulla por la laberíntica torre en la media noche, siempre caminando alerta, moviéndose vacilante en la oscuridad, zaherido por los ruidos de allá fuera que le inquietan.
El guardián no conoce ni comprende el tesoro que vigila, no alcanza ni a imaginar como son los que lo ansían y tampoco conoce mucho de su amo, el solo sabe de las escaleras de caracol, de las paredes de granito, de los crujientes suelos de maderada.
El solo sabe de los recodos donde la oscuridad y las sombras aguarda.
El guardián solo sabe de la locura de los pasos que que suenan en la lejanía, que se confunden con sus propios pasos, el guardián solo sabe de ese sonido misterioso que aguarda hasta su llegada en el piso superior, el guardián no sabe nada mas que lo que desconoce, el guardián esta preso en la torre y preso y en su miedo.