viernes, 30 de diciembre de 2011

Los Siete años Indios

En 1717 el emperador Mogol, Farrukh-siyar le dio a los británicos permiso para establecerse en treinta y ocho pueblos cerca de Calcuta, reconociendo la importancia de mantener continuidad en el comercio de la región de Bengala. Se habria con esto la veda a la mas despiadada carrera colonizadora sobre la india, en la que Francia e Inglaterra, junto con algun que otro timido intento portugues, fueron los principales contendientes.

 La confrontación entre los franceses y los británicos surgió por primera vez en el sur de la India, en donde se enfrentaron tropas dirigidas por Francois Dupleix y Robert Clive. Ambos bandos quería colocar su candidato como «nawab» o regidor de Arcot, en la zona alrededor de Madrás. En la lucha que se extendió entre 1744 y 1763, los británicos obtuvieron las mayotes ventajas después de un tratado de paz firmado en París y finalmente colocaron a su regente. Los franceses e ingleses también respaldaron diferentes facciones en su lucha por la sucesión en el virreinato Mogol de Bengala, siendo Clive quien gano esta lucha interviniendo exitosamente al derrocar al Nawab Siraj-ud-daula en la batalla de Palashi (a unos 150 km al norte de Calcuta) en1757. Clive aprovechó astutamente una serie de intereses locales en contra del nawab local incluyendo soldados descontentos y terratenientes y comerciantes que estaban sacando provecho a su relación con los británicos.
La historia de los miembros de la milicia de Clive merece para ellos solos la elaboración de decenas de libros, esta historia adquiere tintes aun mas magicos y epicos cuando confluye con la de nuestro ilustre Hermann Bruener.

Los Siete años Indios

Los años perdidos de Hermann Bruener

Hermann Bruener ocupo la catedra de antropología de la universidad de Tubinga muy joven, pero desde luego muy merecidamente, había sido un estudiante muy capaz e industrioso y su talento había cautivado a muchos profesores que ya lo veían incluso en sus años de formación como un compañero.

El mundo académico alemán era un mundo cerrado, hermético, donde el prestigio contaba muchísimo, donde profesores envejecidos, casi dinosaurios se empeñaban en defender sus viejas ideas pese al cambio de época.

Sin embargo y aun teniendo en contra a todo este sector reaccionario, tan fiel a la conservación de los viejos principios, el admirable talento de Hermann logro abrirse paso en una universidad que luchaba para frenar toas las nuevas teorías que entraban en Alemania ,en este siglo de gran cambio para la ciencia.

Mientras él estudiaba duramente en el seminario de Maulbronn en la selva negra Newton publicaba sus trabajos de Aritmética y comenzaba a pensar en la gravitación universal.
Cuando llego a la universidad de Friuburgo, Halley era designado astrónomo real e inicio sus celebres investigaciones, pasando los meses sucesivos indagando sobre los cuerpos celestes ente los que orbitábamos. Halley demostró cuando concluyo sus estudios, que había grandes motivos para que el hombre, que era ya consciente de no ser el centro del universo, comenzara a preguntarse, si tampoco lo fuese de la naturaleza.

La gente se hacía preguntas, muchas preguntas y por fortuna la inquisición ya fuese protestante o católica cesaba de quemar a los sabios desde el gran desatino de prender vivo al gran Servet.

La cátedra permitió a nuestro querido investigador desarrollar toda una serie de fantásticos descubrimiento, y su talento y labia con la que sedujo la curiosidad de las cortes de Baviera y Baden consiguió para el financiación para sus expediciones.

Hermann Bruener paso la mayor parte de su vida viajando por Europa, llegando a sus confines y recopilando todo tipo de informaciones sobre el mundo, sobre los salvajes e incivilizados, sobre lo que podían aportarnos.

Paso muchos años en Escandinavia, recabando información sobre las ultimas tribus salvajes de Europa, y fue allí donde trabo amistad con Lineo, pero eso son historias que ahora no nos ocupan.
También viajo a Asia y a África, incluso participo en una expedición británica a Oceanía y se enrolo en una campaña científica española en los confines del Paraguay. Sin embargo lo que sucedió durante los últimos 20 años de su vida esta oscuro y confuso.

Abandono Alemania en 1745 rumbo a la india acompañando a una expedición comercial de la compañía británica de las indias orientales, y su rastro se pierde en el tiempo hasta que reaparece en el puerto de Dover a bordo de un navío británico procedente de las indias orientales.

Hermann Bruener que se preciaba de transcribir todas sus aventuras y descubrimientos con una precisión sin igual y que gustaba de guardar recuerdo de todo con una meticulosidad que rozaba la manía sin embargo nunca hablo de sus siete años en la india que sin embargo parecían haberle cambiado in extremo, no solo estaba mucho más envejecido y delgado, si no que también era muy distinto anímicamente, Hermann se había vuelto un hombre tranquilo y relajado mucho más dulce que de habitual, aunque continuaba en sus estudios con esfuerzos frenéticos si era necesario era distinto, era como si hubiese alcanzado la paz.

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