domingo, 29 de enero de 2012

El espiritu

Es difícil callar su voz, es imposible, y si alguien la alimenta, si sin saberlo se le dan alas, se reafirma, y el terreno que ha ganado no lo perderá jamas. Puedes relegarla, arrinconarla, sedarla, pero si ha llegado a tomar el control, ya no dudara jamas y cuando tenga la oportunidad se lanzara.
Su filosofía es sencilla, esperar, aguantar y no cejar nunca en su empeño, y en algún momento habrá un error, un despiste, y lo que suceda desde ese momento en adelante es cosa suya.
No se la puede desafiar, y lleva tanto tiempo con nosotros como la tierra y el aire que respiramos, siempre ha estado aquí, y cuando nosotros nos marchemos, cuando todo desaparezca, incluso cuando muera el sol y en su ultima exhalación engulla a los planetas seguirá, seguirá en alguna parte y no marchara, esperara paciente, pues el tiempo es infinito a que algo llene el espacio vacío, y lo tomara como ahora nos toma.

Llovía, pero poco importaba, al día siguiente no recordaba que había llovido, solo lo delataban mis pantalones mojados llenos de barro, camine bajo la lluvia en la noche, la gente se movía en todas direcciones, unos iban hacia los escenarios, otros a las tiendas, otros vagaban sin mas y luego estaba yo.

Se que no vagaba, se que iba decidido hacia algún lugar, el problema es que no lo sabía aun, había charcos y pise unos cuantos, todo eso no lo recordare, recibí unos cuantos empujones y cuando me choque con una jovencita esta me pidió perdón y me miro a los ojos, la sonreí e intente decir algo, ella se rió, me miro a los ojos, pero yo no entendía nada, me toco el hombro, nos vemos, nos vemos, estaba confundido, pero tampoco recordare nada de esto mañana. No era desde luego el momento, había algo que me había empujado fuera, que me había apartado de ella, era algo desconocido, pero algo que tenía claro todo lo que iba a pasar y en que orden.

Continuo mi camino, ando entre tiendas y caigo en un desnivel, aterrizo en el suelo sin ni siquiera poner las manos, estoy demasiado borracho ahora mismo como para coordinarme, levanto la cabeza, no me duele nada, alguien ha vomitado cerca, espero simplemente no haber caído demasiado próximo, me preocupa unos segundos pero ni siquiera me molesto en comprobarlo, tengo que ir, no hay tiempo, empiezo a entender hacia donde voy, de una manera inexplicable empiezo a entenderlo.
Me cruzo con mucha gente, gente que no mira a otra gente, gente que esta tan pendiente de sus cosas, de a donde va que no se fija, algunos son incapaces de darse cuenta ni de donde están con lo que llevan encima. La gente tose, grita corren por el camino, se ve un carro de la compra lleno de trastos de acampada, sigue llegando gente.

A pocos pasos de mi un tío enorme se tambaleaba, iba de lado a lado, sus colegas iban unos pasos por detrás, no iban peor que el, pero tampoco es que fueran mucho mejor, el gordo estaba sudado, tenia la camiseta rasgada y aunque se estaba mojando no sentía frió, este es de los míos pensó, los colegas se comían un bocadillo que habían comprado en unos puestos del camino principal al campamento.
El gordo me miro, me dijo algo, me quede mirando su bobalicona expresión, no le entendía, intentaba avanzar pero me di cuenta de que el brazo del gordo me lo impedía, no me aclaraba nada, hasta que entendí que hablaba de la camiseta, a el también le gustaba Lehendakaris muertos, y a quien no le dije, empezó a contarme que lo de su camiseta había sido allí, que donde había estado, el en primera fila y después había ido al meollo, donde la gente se empujaba en un enorme pogo.
Lo se, yo salí sangrando de allí le digo, mira, el gordo mira, al ver su cara de mula idiota me dan ganas de darle un puñetazo en la barriga, me gustaría ver como mi puño se hunde en ese corpachón enorme y creo que el ni se enteraría.

Hablamos bastante rato, no tengo nada mejor que hacer, al menos no soy consciente de que tengo algo mejor que hacer, sus amigos que están aparte esperan tranquilamente terminándose los bocadillos mientras charlan entre ellos, cuando ya han terminado con los bocadillos y las latas de coca cola, pasado un buen rato vienen a por su gordo, se le acercan y tiran con precisión quirúrgica de la única aparte de su camiseta desgarrada que no esta impregnada en alcohol, se trata de una minúscula esquina situada a la altura del hombro, no tiene mucho efecto, el gordo esta muy motivado, el tío me esta cayendo bien.

Absorto en estos pensamientos cuando el tío me abraza, huele a sudor, huele a calimocho, huele un poco a ron, intento no pensar en que huele a vomito, intento pensar en que si estaba húmedo y empapado es por la lluvia, al cabo de unos segundos todo me da igual y como disfrutando de lo asqueroso que va a ser hundo mi mano en su cabello y se lo acarició, el pelo esta apelmazado compactado por una masa reseca de tierra y alcohol que ni siquiera la lluvia ha conseguido disolver.
Me alejo de allí, sus amigos se han reído mucho de la escena, gilipollas, y dejo atrás al gordo que sin embargo me grita algo, me dice donde esta su campamento, que tiene porros, es un gordo simpático al fin y al cabo.
Me marcho, y ni siquiera le dedico un segundo de mis pensamientos a el fortuito encuentro, no es este encuentro el que busco, busco algo que el azar me ha prometido, algo que el azar me ha reservado, camino y al final, lo que no sabía que estaba buscando finalmente estaba allí.

Esta sentada en un recodo apartado, apoyada como sin sentido, esta llena de barro y sucia, en la mano tiene una litrona llena de calimocho, tiene la ropa hecha un asco, una sudadera negra con una banda de estampado ajedrezado a la altura de la cintura, llena de chinazos, la sudadera esta abierta y debajo asoma una camiseta verde ajustada. Siento muchas cosas en ese momento, es como si de repente, no se, por un segundo todo tenia un sentido, eran emociones precipitadas lo se, pero era exactamente eso, veía a esa chica y no la veía simplemente como una chica guapa al alcance de la mano, no... en aquel momento si hubiese sido eso me hubieran echado atrás muchas cosas, me habría echado atrás que estuviera ahí tirada, que no la conociera de nada, que pudiera tener novio, no, al verla solo un vistazo me basto para saber que era lo que pasaba, lo que estaba desarrollándose, que era mucho mas que una chica guapa.

Era una especie de misión, y es algo que siento con la misma fuerza ahora mismo que entonces, una percepción que no ha variado en nada, es mas incluso ha crecido, como un fuego que se alimenta de los acontecimientos.

Si era ella, estaba claro, la observe detenidamente, en ese momento estaba todo claro. Lo que bullía dentro de mi hacia tanto tiempo, lo que me había estado secretamente encaminando hasta aquí, estaba ahora contento, se regocijaba y juraría que se podían oír sus risas satisfechas.

La intento despertar, me mira como asustada, pero se da cuenta de que no soy una amenaza, se da cuenta de que es también lo que ella estaba buscando, tiene los ojos rojos y la voz rota. Su voz me gusta, esta ronca pero sigue siendo bonita, no bonita como la de una cantante, no es dulce, no es dependiente, no es tierna, no es nada de esas cosas, tampoco es una de esas horribles voces agudas que han sido diseñadas para martillear el cerebro del pobre tiene la mala suerte de tener que cargar con ella, no era tampoco una voz de la radio, pero si era como una voz que me gustaría escuchar bien cerca del oído una noche como esta en la que nada hasta ahora tenía sentido.

No entiendo bien lo que me dice, pero me siento y la escucho, ha estado llorando me dice, le digo que seguro que por culpa de algún gilipollas, al principio se siente ofendida, pero luego me dice que tengo razón que es un gilipollas, me empieza a contar unas cuantas historias que no me importan nada, me las cuenta de una manera atropellada y confuso, pierdo el hilo muchas veces pero capto la esencia, y cuando parece que ha terminado se la expongo rápidamente, me dice que tenga toda la razón, me animo y le digo que pase de el, ella me dice pero es que no has entendido lo de y empieza a repasar su historia, yo rápidamente replanteo mi consejo para que no suene tan estúpido y que no parezca que no la he entendido cuando vomitaba sus problemas sobre un extraño.

Entiendo lo que me dice y le digo un par de cosas que ella no se había planteado nunca. Le soy útil me dice, mucho mas que sus amigas, empieza también a despotricar sobre ellas, parece que esta chica tiene muchos problemas, es perfecto, yo también los tengo, ella quiere emborracharse mas me dice, se ha hartado de llorar y se ha quedado dormida, no sabe cuanto rato lleva sobando ahí, solo que cuando se durmió hacia sol, por eso se apoyo en aquel recodo bajo el pino a la sombra.
Yo llevo una ralla encima y tengo mucho aguante, esta noche va a ser muy larga.
Cuando nuestros cuerpos se separaron habían pasado muchas horas, habíamos entrado al recinto, habíamos salido, nos habíamos perdido, habíamos acabado en unas cuantas raves y habíamos podido comprar unas cuantas cosas para darle algo de sentido momentáneo a nuestras vidas, medio gramo de euforia, y un pico de energía.

Los latidos del corazón, penetrantes, la excitación del momento, enorme en su cúspide,el cielo que clarea, como si solo hubiesen pasado segundos el sol ya en lo alto, hace daño en los ojos, mucho daño, están cansados, los siento cansados, pero no hay momento para el descanso, miro a mi alrededor como si fuese la primera vez en horas y capto toda la situación en un segundo, la gente que camina en todas direcciones, cada vez mas gente, unos cuantos se quedan en la cuneta del camino sin moverse, allí han caído y es fácil que allí se duerman hasta que alguien los despierte, por otro lado gente que acaba de levantarse, y por otro lado gente que va a comer, y caigo en la cuenta que no tengo nada de hambre, mas gente que va por aquí y por allí, gente que te empuja y personas que se giran, te miran, y dicen parecéis un par de zombis, da igual todo, continuas, continuo, ella también continua, vamos aquí, allí, parece que hallas estado en todos sitios ya, parece que estés en todas partes, te sientes a gusto en todos lados, te sientes tan a gusto con ella, te contagias de su entusiasmo, os pasáis algo de energía, después en le pilláis un poco de euforia a otro, os lo tomáis, parece que han empezado los conciertos, abandonáis las carpas de las raves y marchas a los conciertos, seguimos a la marea, pero parece que en cierta forma sea la marea la que nos sigue, nos sigue a todas partes, pero nos sigue con cariño, depende de nosotros, mierda creo que la euforia venia de regalo con algo de paranoia, o quizás la he puesto yo ahí, o tal vez la ha alimentado la mía, o quizás me hago demasiadas preguntas cuando la noche, el día, la mañana, la tarde lo que sea es maravillosa.

Me quedo un rato mirándola, esto siempre me cuesta bastante, incluso en estas condiciones, pero bueno allá vamos... la beso, ella llevaba tiempo esperando, me empuja contra la valla, estábamos viendo un concierto aunque no se quien tocaba, llevo media hora escuchándolo pero ahora me doy cuanta de donde estoy, sería Rosendo, barricada, los suaves, los porretas, quizás era Txarrena, puede que fuese, bueno da igual, se abalanzo sobre mi y me quede estampado contra la valla, creía que desde el escenario me miraban, y pensé en “Animal caliente”, en “No se que hacer contigo”. Pero no... no creo que eso pasase, supongo que seriamos unos espectadores mas entre toda aquella turba de gente saltando y gritando, de hecho creo que estábamos bastante lejos del escenario, lo suficiente como para que fuese imposible que nos vieran pero en mi cabeza sonaba “tu lengua violenta mi boca”, y ahora que lo pienso no estoy seguro de si realmente estábamos en Barricada y si todas las canciones sonaban solo en mi cabeza. Pero, habría sido genial, el caso es que ahí estaba ella, como una posesa sobre mi, yo solo pensaba a donde llevármela por que mi tienda estaba llena de gente, pero al cabo de un rato me di cuenta que a ella no le importaba mucho estar a cubierto que bajo el sol en un terraplén por donde no pasa mucha gente, a mi me daba igual, de todo esto lo único que era capaz de rememorar después eran las piedras que se me clavaban en las costillas, pero las recordé por incomodidad no por que me hiciesen realmente daño.

Yo me acuerdo vagamente de todo aquello, todo sucede en mi mente de una manara difusa, a saltos, se encallan y se colocan las cosas mal, me excedo al recordar e intento encajar las cosas a la fuerza pero lo que me dejo ella en claro fue como encontrarla, solo tenia que meterme en Internet y escribir su nombre y apellidos en Internet, afortunadamente los guarde en el móvil cuando ella no miraba, hasta que lo mire pensé que se llamaba Estafanía, no... su nombre es mas bonito, estela.

Lo que mi cuerpo buscaba no era simplemente aquello, algo mucho mas fuerte me había atraído hasta ella, y algo tremendamente poderoso me esperaba a la vuelta de la esquina.

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