Pía era inmanejable y difícil, arisca, pesimista... y para rizar el rizo estaba tremendamente reconcentrada en sus libros, en sus pinturas, en sus clases de escultura, en fin... el arte, se había volcado y todo le daba lo mismo.
Era imposible tratar con ella, penetrar en ella, en su mente.
Había encontrado una vía de escape, un tema de conversación permanente, una realidad que la apasionaba y le permitía distraer de la atención de lo que la rodeaba.
Paso así muchos meses, no hablaba con sus padres, apenas se dirigía a ellos, les odiaba, y es que no podía hablar con ellos por que las cosas estaban cambiando y no quería verlo.
Sus padres trataban de explicarle lo que estaba pasando, y ella se empecinaba en no entender, se hacia la tonta, rehuía sus palabras y ponía todo mas complicado para ambos.
Sus padres se estaban separando, ella se quedaría con su madre, y visitara a su padre cada varias semanas.
Las semanas pasaron y fue su padre el que abandono la casa, recogió sus cosas y les dio un beso a las dos, la madre contenía la respiración, estaba nerviosa, había vuelto a fumar y ahora mismo estaba terminando a toda prisa un cigarrillo.
El momento más difícil lo creo Pía, se acerco a su padre y le pregunto que a donde iba, que si le esperaban para comer o si volvería ya mas tarde para cenar.
La madre rompió a llorar, y se marcho de la habitación, el padre hizo un amago de volver a explicarle lo que ella sabia, pero prefirió marcharse.
Daba igual preguntarle a Pía por que había hecho eso, se había a acostumbrado a aislarse y hacerse la tonta, eran días insufrible.
Los años pasaron, descubrió para su frustración que le faltaba talento natural para el arte pese a su esfuerzo, decidió estudiar Hª del Arte y continuar con sus clases de pintura.
Empezó una carrera, conoció gente con la que se sentía cómoda, e hizo de aquella vía de escape su vida, y consiguió algo parecido a la felicidad.
Todo era tal y como unos padres de una chica difícil podrían esperar, habían logrado enseñarle algo que la motivase, supieron dirigir su energía hacia algo útil y en base a eso se había desarrollado, ese seria el fin lógico de una historia.
Podríamos decir que Pía conoció a un chico, se enamoro de el, que encontró trabajo, que encontraron un lugar donde vivir y formaron una familia, una mas de tantas, una vida sencilla, quizás como profesora, o quizás como restauradora.
¿No es así?
No hay comentarios:
Publicar un comentario