lunes, 30 de enero de 2012

Lo que guardan las calles




La ciudad tiene un alma, tiene sus pequeños recodos llenos de recuerdos, recuerdos nuestros, tuyos míos, pero que de alguna manera trascienden para todos, cuando te sientas en este banco se nota que hay vida, puedes leer las marcas que han hecho los jóvenes, encuentras firmado en la madera los sueños de nuevas parejas desde hace quince años y eso no es nada, este parque, este paseo forma parte del pensamiento colectivo, es parte de mucha gente, y de muchas épocas, cuando por ejemplo caminamos por la avenida del puerto y entramos a alguna de sus pastelerías como la que hay al lado del hotel cónsul del mar, para comprar el desayuno, si pudiéramos al volver a la calle y mirar atrás en el tiempo lo que veríamos la que fue en 1936 la avenida Lenin, en cuyos balcones ondeaba la bandera republicana, la tricolor que presidia la esperanza de los valencianos que defendían el ultimo baluarte del cambio, en una España que vivía una guerra para frenarlo y que la había hecho estallar en mil pedazos, u entonces verías una ciudad que ansiaba cambios, que destilaba revolución y que hoy tanto ha cambiado.



Si andas por estas calles, sentirás el aliento de quienes se despedían por que tenían que marchar lejos, de quienes miraban al futuro ora con temor ora con ruego, de quienes vivieron bajo un reino aragonés, y de quienes murieron con uno español, de quienes fueron traidores, y de quienes se sintieron traicionados, de quienes hablaban una lengua y buscaban olvidar otra, de quienes impusieron una y de quienes imponen otra y de quienes simplemente disfrutan hablando sea en el idioma que sea.

Cuando caminas por las calles sientes esas cosas, percibes de una manera invisible las energías vertidas por aquellos miles de ciudadanos que hicieron suyas las calles por las que hoy transitas. Ayer era la pasión y la esperanza, después la ira y el odio, el temor y de nuevo la esperanza, y ahora... ahora ¿que sentimientos vierte la gente sobre las calles?, especialmente ahora la ciudad se ha convertido en una suerte de pantomima para muchos, un ejemplo de corrupción, de hurto y de robo, de engaño y un sinónimo de fracaso democrático.

¿Que sentimiento fluye en estas calles?, ¿que sentimientos tan distintos, y seguramente enfrentados, las recorren?

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